miércoles, 1 de diciembre de 2010

texto sobre debates politicos

Meaningful Political Debate in the Age of the Soundbite
Stephen Coleman

Debates políticos

La importancia de los debates para los procesos democráticos es un tema que da para un amplio debate. Sin embargo, lo que ninguno de los teóricos de la materia discuten es que existen dos requisitos mínimos para la existencia de la democracia: la posibilidad de votar y la oportunidad de acceder a una instancia de deliberación pública de las ideas. En una suerte de juego del huevo y la gallina, no tendría ningún sentido debatir si después no es posible votar, como tampoco lo tendría votar sin la posibilidad de un debate de ideas. Así lo han expresado algunos de los más grandes teóricos de la ciencia política. Sartori por ejemplo decía que la libertad de la sociedad para poder formar su propia opinión es la “sustantiva y efectiva fundación” de la democracia; mientras que Robert Dahl afirmaba que dos elementos distintivos de un proceso democrático son: la posibilidad de votar, a través de un proceso en el que los ciudadanos puedan tomar sus decisiones expresando sus preferencias y opiniones.
Sin embargo, y a pesar de las afirmaciones de una gran cantidad de especialistas en la materia, una de estas cuestiones fue soslayada durante muchísimo tiempo. Mientras que la idea de que el voto es prioridad de una democracia, la creencia de que una cultura democrática es capaz de sobrevivir aun en ausencia de deliberación pública logró perpetuarse. Esta ilusión de una democracia “no deliberativa” tuvo como consecuencia una marcada declinación en el interés público sobre las elecciones y una preeminencia (lógica y deseada) de las elites en el establecimiento de la agenda.
El recupero de la participación y el interés público en todo lo referido a la política fue lento pero progresivo. Si buscamos en el tiempo signos de discusión de ideas con alguna participación o conocimiento de las mismas por parte de los ciudadanos encontraremos las primeras reseñas allá por el siglo XVIII (dejando de lado los tiempos de Socrates) cuando en la Inglaterra de 1783 los periodistas podían ingresar a la Cámara de los Comunes y tomar algunas pequeñas notas de las cuestiones que allí dentro debatían los “representantes” del pueblo.
Esta idea de que los ciudadanos merecían conocer al menos una parte de la información fue tomando forma a medida que se expandió la idea de la participación en los sistemas democráticos. Si bien no era necesario que intercedieran de manera efectiva en la toma de decisiones, los políticos comenzaron a utilizar la idea de plataformas electorales públicas como una forma de obtener el apoyo de los votantes
Pero si debemos marcar un hecho que sin dudas ha transformado a las elecciones políticas como fenómenos en si mismos este es la aparición de la televisión como medio masivo de comunicación. Según el autor del texto las “elecciones son hoy eventos televisivos”. Si bien es cierto que el primer debate presidencial transmitido por televisión no tuvo lugar hasta 1960, los productores del medio vieron (desde los albores de la TV) el valor dramático que contenía la transmisión de un debate al público. Por ello se realizaron distintas experiencias a lo largo de los años, en las cuales se mostraron, por ejemplo, debates entre candidatos de partidos en elecciones primarias. Ya en estas primeras experiencias, allá por 1948, los productores de televisión vieron lo interesante de un fenómeno que para los políticos sonaba hasta “peligroso”, ya que todo se debatía en términos de ganadores y perdedores.
El primer debate presidencial transmitido por televisión (Nixon – Kennedy) marca sin dudas un antes y un después en la materia, a tal punto que en la actualidad la mayor parte de la literatura referida al tema proviene de los catedráticos estadounidenses. Esto, según marca el autor, tiene su lógica en que la cultura estadounidenses está signada por una marcada incidencia de la televisión, además del hecho de que la elección del presidente de ese país es un fenómeno de importancia mundial.

Debates televisivos: su efecto para la democracia
La cuestión de si los debates televisivos tienen una incidencia positiva o negativa para el proceso democrático forma parte de una discusión entre académicos bastante extensa. A continuación se detallan los argumentos de quienes se encuentran de uno y otro lado de la disputa:
Los debates son buenos para la democracia porque:
- Los debates son la mejor forma de llegar a un gran número de votantes. Ellos se nutren de información política a través de la televisión más que de otra fuente. La posibilidad de ver estos debates brinda a los votantes una herramienta más a la hora de decidir por quién votan y porque lo votan.
- Existe un impacto educativo en los debates. Además de brindar a los votantes la posibilidad de conocer mejor al candidato que van a votar, los debates permiten a la ciudadanía aprender sobre política y disparan discusiones en otros ámbitos de la vida cotidiana.
- Los debates televisivos permiten a los políticos igualar el acceso a los medios masivos de comunicación. Es una posibilidad para que los políticos que poseen un aparato pequeño, o un menor poderío económico (en términos de campaña y publicidad) puedan mostrar sus propuestas a los votantes en un horario central de televisión.
- Los debates permiten generar una sensación de cercanía entre los políticos y los ciudadanos. Para ellos es una forma de tener al candidato en el living de su casa.
- El debate es una manera de exigir a los políticos que estén al tanto de las ideas y propuestas de sus rivales. En tiempos donde cada político solamente muestra y promociona su propia imagen, un debate requiere un conocimiento más profundo sobre los planes de otros candidatos.
Los debates no son buenos para la democracia porque:
- Los debates son meros shows políticos enmascarados. En realidad lo que se lleva a cabo es una conferencia de prensa simultánea entre dos candidatos.
- Los límites de tiempo establecidos en los debates políticos no son lo suficientemente amplio para que los candidatos desarrollen sus ideas con profundidad.
- La cuestión de la imagen adopta demasiada prominencia soslayando cuestiones de mayor importancia. El caso Nixon – Kennedy es un claro ejemplo de que algunas veces los votantes acaban decidiendo en base a la imagen que les venden sin analizar con profundidad los temas tratados.
- El hecho de que las interpelaciones a los candidatos sean realizadas por periodistas o analistas especializados aleja a los ciudadanos de la posibilidad real de participar en los mismos.
Respecto de esta última cuestión se genera una segunda controversia entre quienes afirman que es esencial la participación de la ciudadanía interpelando a los candidatos y quienes defienden la posición de los especialistas a la hora de conducir los debates. Algunos sostienen que, a la hora de debatir, los políticos prefieren los cuestionamientos livianos del público en general antes que los interrogatorios sofisticados y experimentados de especialistas en el tema. La crítica a esta posición radica básicamente en que el énfasis en la participación de la audiencia reduce los estándares racionales de un debate democrático rebajándolo a niveles de discusiones emotivas y experimentales. Sostienen que es preferible que los políticos tengan que enfrentarse a los entrevistadores, al menos hasta que los ciudadanos adquieran las herramientas para poder participar conscientemente en deliberaciones públicas.
Del otro lado de la discusión están quienes afirman que, en última instancia, lo más sano para la democratización sigue siendo la participación ciudadana. A modo de crítica a quienes prefieren el “control de los periodistas” en los debates lanzan una pregunta: si los ciudadanos se encuentran lo suficientemente maduros para votar y elegir a sus gobernantes, ¿Por qué no van a estarlo para debatir públicamente o interpelarlos?
A modo de conclusión vale decir que sea cual fuera el modo en que se lleve a cabo un debate político, siempre será preferible a la no existencia de los mismos. En épocas donde las nuevas tecnologías avanzan a pasos agigantados permitiendo nuevas formas de participación ciudadana, tal vez debería buscarse una nueva forma de que el público pueda ser parte, más allá de la televisión. Es cierto que al respecto existen algunos avances en la materia. Al fin y al cabo los cambios desde los primeros debates hasta la actualidad han sido sustanciales, por lo que seguramente sea cuestión de tiempo para que podamos ver una nueva modalidad de debate, en la que todos podamos ser, en mayor o menor medida, parte del proceso democrático.

Un cable interesante

Dentro de los 250.000 cables que se desclasificaron hace unos días El País publicó hoy uno que creo que es realmente relevante para todos nosotros como argentinos.
Peguenle una mirada a ver que les parece.... a mi cuanto menos, me preocupa
Saludos

Link a la pag

viernes, 26 de noviembre de 2010

La politwita

Politwita es el término que ya algunos comenzaron a acuñar para hablar de la comunicación política vía Twitter. La primera vez que leí esta palabra fue en un artículo publicado por Samar y García el miércoles pasado en Página 12.

Lo que plantean estos dos licenciados en Comunicación es que si bien el Twitter es un gatekeeper transparente y como tal acerca más a los políticos con los ciudadanos reduciendo así la dependencia de los medios masivos de comunicación, tiene ciertas restricciones.

La primera y la más obvia es que hay que reducir los mensajes a 140 caracteres. Es imposible poder sostener un debate profundo en tan pocas palabras. Esto, según plantean los autores, banaliza el discurso y contribuye a la espectacularización de la política. Los políticos quedan subsumidos en una suerte de show mediático en la cual abundan las frases fuertes, que generan impacto sin argumentos sólidos. Así, la comunicación política queda más cercanas al marketing y se empobrece el debate.

El argumento del artículo es que si bien Twitter puede contribuir en algún punto a la comunicación directa entre políticos y ciudadanos, no toda la política puede pasar por Twitter. Como contraejemplo, los autores mencionan el caso de Wikileaks y la decisión de su fundador de seleccionar una cantidad de documentos con información sensible y recurrir a los gatekeepers más reconocidos en el mundo para su publicación: The New York Times, The Guardian y Der Spiegel. Esto permitió que los lectores no sólo tuvieran el material en crudo disponible en la web sino que pudieran disponer del análisis de estos datos por los periódicos más reconocidos del mundo. Es este tipo de función la que Twitter no puede cumplir y por eso ese valor agregado de información más análisis sigue todavía en manos de la prensa escrita tradicional.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Plataforma online de Alfonsín

No se pierdan el portal que presentó ayer Ricardo Alfonsín para incentivar el debate y construir su plataforma política. Entren acá y después comentamos.

jueves, 18 de noviembre de 2010

The Political-Media Complex at 50: Putting the 1996 Presidential

El trabajo de David Swanson argumenta las relaciones entre los políticos y los periodistas durante el proceso que durarán las campañas electorales en Estados Unidos. En la década del ’90, esta relación empezó a ser armónica y fue aumentando con el tiempo, también la forma en que ambos se relacionaban con el público.

Las instituciones políticas y periodísticas tienen diferentes culturas, agendas y necesidades institucionales que las colocarían en una situación de conflicto, por lo que deben cooperar, para entenderse durante este periodo electoral, creando prácticas diferentes a las habituales.

La compleja relación político-mediática, según Swanson, tiene sus orígenes en los rápidos cambios sociales y políticos que se produjeron inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de mantener la relevancia y la influencia en el proceso electoral.

La televisión, para la década del ’60, ya asume el rol, primero del entretenimiento, y luego, de la información. Y en esta década, las noticias y las publicidades políticas fueron difundidas por este medio. La TV se convirtió en el principal canal por el que la mayoría de los estadounidenses afirmó haber recibido la mayor parte de la información sobre política y gobierno.

Con el transcurso de los años la dinámica de la relación político-mediática se fue consolidando, y los cambios sociales, obligaron a que sus prácticas se adaptaran a lo que se llamó “el proceso de publicidad moderno”. En este proceso los candidatos debían llevar a cabo estrategias de marketing, principalmente, para conocer cuál era su mercado. En estos últimos años la escena política es muy compleja y los candidatos deben diferenciar sus posiciones para ofrecerles soluciones eficaces a los públicos.

Se fueron perfeccionando las técnicas de manipulación, explica Swanson, y los periodistas necesitaban demostrar su independencia de estas manipulaciones, encontrando el resultado en la presentación de informes con un estilo más interpretativo de las campañas. Los candidatos tenían menos oportunidades de expresar sus propias palabras, se les fue reduciendo el tiempo con el que contaban en sus exposiciones.

Para las elecciones de 1992, los candidatos Bush, Clinton y Perot, estaban en continua lucha contra los periodistas para fijar el control de la agenda y el derecho a formular lo que se recibió como interpretación de sus eventos y temas de campaña.

El trabajo de Swanson, luego de marcar los orígenes y la evolución de la relación entre el periodismo y los políticos en las campañas electorales, hace hincapié en el proceso estadounidense de 1996 que enfrentaba a Clinton y Dole.

Si bien no había demasiadas noticias nuevas en la campaña de 1996, los medios de comunicación la cubrieron ampliamente, siendo muy críticos en la mayoría de los programas. La característica más importante que tuvieron estos programas fue la de darle la oportunidad a los votantes de escuchar a otros votantes expresando sus opiniones y preocupaciones.

Por otra parte, el autor asegura que la audiencia para los programas políticos de la televisión había estado disminuyendo durante varios años, como consecuencia, entre otras cosas, de la proliferación de alternativas de fuentes de información y posibilidades de participación. La pérdida de espectadores fue mayor entre las personas más jóvenes.

Más de diez años después se ejemplifica a su máxima expresión en las elecciones que ganó Obama, en la que la televisión fue importante, pero el principal medio de comunicación fue internet.

La campaña de 1996 registró un aumento de magnitud, con respecto a 1992, en el servicio online basado en Internet desarrollado por los candidatos, los partidos, los medios de comunicación, y grupos de todo tipo. El nuevo medio le daba la posibilidad a la comunicación política de desarrollar una capacidad interactiva nunca antes vista, y hacia públicos específicos, aunque en aquel entonces no se aprovechó lo suficiente y las estrategias de las campañas se basaron en los “talk-show” televisivos.

Sin embargo, para Swanson la fragmentación de la audiencia, la disminución de los medios de masas y el aumento de espacios especializados, crean un problema particular. La sociedad pierde un espacio en común donde expresar y deliberar acerca de sus esperanzas y preocupaciones, un lugar donde compartir y debatir información política.Escuchar

Leer fonéticamente


martes, 16 de noviembre de 2010

Elecciones y campañas presidenciales en América Latina

Campañas electorales presidenciales
(Crespo, Garrido y Riorda)

Tendencia a la norteamericanización de las campañas electorales en América Latina.
Hay elementos comunes de las campañas en EEUU, pero se deben contextualizar en América Latina. Los más destacados son:
-Disminución de la identificación partidaria
Hay una creciente pérdida de importancia y legitimidad de los partidos políticos. El voto se va desprendiendo de la lealtad partidaria. Y se originan lealtades centradas en personalidades antes que en partidos.
-Aumento de la importancia de las encuestas
Hay una "cultura de la opinática", un aumento de los sondeos y de la demanda de los mismos.
-Domina un lenguaje de transmisión de los medios en formatos deportivos
El concepto de "horse race presentations" alude al lenguaje de las carreras de caballos. Cuando en los medios hablan de la posición de los candidatos, los muestran como empatados (cabeza a cabeza), ganando o perdiendo por poco margen. En los debates, la transmisión se parece a una pelea de boxeo, se usan términos como golpe bajo, arremetida, defensa, ataque, etc.
-Los medios locales ganan espacio en la estrategia mediática, y en general, la campaña se desarrolla cada vez más en los medios, sea por publicidad paga o de contenidos de relaciones públicas.
-Cada vez hay más fundraising
Quizás la característica central en América Latina sea la falta de transparencia en las cuentas de los partidos, la ayuda estatal desigual, el uso de fondos de manera arbitraria y discrecional, los aportes extranjeros anónimos, los aportes en especie (por ej. espacios publicitarios), y la falta de sistemas de rendición de cuentas.
-Aumento de la visualización de la política, la política simbólica y la política en fragmentos (sound bites)
Gran parte de la comunicación electoral fluye por los spot de publicidad cuya duración puede variar, pero que promedian en los 30 segundos de duración o menos. Estudios demuestran que la retransmisión de la palabra de un político en un informativo ocupa cada vez menos tiempo (pasó de ocupar en promedio más de 40 segundos en 1968, a ocupar menos de 10 segundos en la actualidad).

El modelo latinoamericano se presenta como una síntesis entre lo moderno y las prácticas más tradicionales.
Para los autores, la verdadera tendencia desde el punto de vista electoral en América Latina es la "no tendencia", debido a:
*el aparato partidario sigue teniendo un papel preponderante,
*todavía existen prácticas propias de los partidos de masa. Ganar la calle sigue siendo la consigna en casi todas las campañas (reparto de votos y folletos, pintadas en paredes, movilización para los actos, caravanas, etc.),
*la tendencia hacia la "publicidad negativa".

La "no tendencia" del siglo XXI

A- La ideología del mensaje
La llamada sociedad de comunicación de la era electrónica, donde hay más posibilidades de intercambios e interactividad, con frecuencia produce un empobrecimiento de los contenidos políticos.
No hay elemento más fuerte que un eslogan, aunque los mismos no muestran contenido, sino que intentan reflejar posiciones bien abarcativas e inclusivas.
(Por ej. Elecciones 2006 en Chile, Michelle Bachelet con eslogan: "Estoy contigo". En segunda vuelta, el eslogan fue más inclusivo [multitarget]: "Bachelet Presidente, por Chile, por la gente").

B-La personalización y homogeneización del mensaje
Los políticos y ya no la política son los protagonistas. Hay una celebración incesante de la imagen. Los medios tienen gran interés en presentar personas en lugar de información.
La personalización de la política es algo viejo. La novedad es, que antes, eran líderes con partidos. Ahora, los líderes miden más en las encuestas que los propios partidos a los que representan.
La homogeneización consiste en la relativa desideologización o despolitización del mensaje. Se concentra en llamar la atención sobre hechos que puedan interesar a todo el mundo, es decir, noticias para todos los gustos, evitando todo lo que pueda segmentar.
Generalmente se dejan de lado hechos que la audiencia ciudadana debería conocer. Por ej. se hacen extensas crónicas de la vida privada de los candidatos y se destinan pocos minutos para difundir las plataformas de los partidos, porque se presupone que la política es aburrida y que la audiencia inmediatamente puede hacer zapping.

lunes, 15 de noviembre de 2010

celebrity politician

Chicos, hoy salio una nota en La Nacion que se titula "kirchner rockstar", está buena para los que estén trabajando ese tema, es una onda lo que apareció en la portada de Barcelona pero explicado al detalle, como la muerte es una manera también de inmortalizar a la persona.
Bueno si les sirve, bienvenido sea,

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1324884

jueves, 11 de noviembre de 2010

Twitter en política: estilos de twitteo

La herramienta del pajarito suele ser una de excepcional uso para políticos y funcionarios que quieren dar a conocer su gestión, opinar sobre temas coyunturales, volcar su pensamiento político, compartir cosas con los ciudadanos, entre otras. Lo cierto es que son pocos los dirigentes políticos que antes de abrir su cuenta en Twitter se ponen a pensar Qué van a comunicar allí en ese espacio y Cómo lo harán. O Cuándo twittearán: lo harán seguido, periódicamente... y esto nos remite inmediatamente a tener en cuenta -o no- a quien está del otro lado recibiendo nuestros tweetts; a nuestros seguidores.

Algunos políticos no son conscientes de lo pesado que se pueden tornar a veces -sobre todo en campaña- al "querer publicarlo todo". Esto provoca un resultado adverso al pretendido originalmente al abrir una cuenta en Twitter, que lo dejen de seguir porque no toleran más sus tweetts intrascendentes que nada original tienen para decir.

Pautar la comunicación vía Twitter
Los políticos se animan cada vez más al Twitter e inclusive en ocasiones se meten a fondo con discusiones o peleas con sus adversarios, cayendo en la descalificación y hasta en el insulto a sus críticos, o la ridiculez por pelearse con todos. De esta manera se animan muchas veces a decir por Twitter lo que no se animarían a decir en público y por no tener pautado ni pensado que se va a hacer con esa herramienta de comunicación, se cae en lugares pocos felices. Se puede decir que Twitter es la herramienta perfecta para amoldarse a la personalidad de quien la maneja. Si se observan con detenimiento algunas cuentas de diferentes políticos se puede determinar que vuelcan parte de su personalidad en Twitter ya que es factible apreciar aspectos de su temple en el estilo de sus tweets.

En ocasiones no se mide ni se evalúa cuáles pueden ser las consecuencias de sus 140 caracteres, transformados al día de hoy en una fuente real de información para los medios masivos de comunicación al momento de levantar declaraciones y hacerlas públicas por otras vías más "populares" como la televisión o los diarios online. Y lo que también resulta interesante de advertir es que todas esas declaraciones que suben en Twitter son indexadas por los buscadores como Google, con lo cuál algunos tweets se pueden ubicar por internet.

Estas cuestiones son importantes para tratar de generar estrategias en los canales que abrimos en internet, sean redes sociales, espacios audiovisuales, blogs, etc. Pautar los canales es parte del trabajo que permite un mejor aprovechamiento de cada espacio pero fundamentamente sirve para sacar réditos a medio y largo plazo en cuanto al posicionamiento en internet y la visualización que pretendamos lograr.

Pero volvamos a Twitter para ver cuáles son los "estilos de tweets" que se suelen encontrar en la web por parte de los políticos.

El Tweet estilo Tribuna Política
Evidentemente Twitter es la herramienta de mayor personalización y por lo tanto, si es incorporada plenamente por un político, se amolda muchas veces a la personalidad del mismo. Así es como resulta muy útil para las chicanas políticas, las declaraciones picantes, la ironía y un intercambio de ideas poco amistoso o de tono agresivo.

El tomar esta postura de "Tribuna Política" tiene como principal inconveniente el poder de reacción. Es decir, hay que estar dispuesto a devolver la chicana, lo cual resulta fácil para el político que gestiona su cuenta personalmente, pero no para aquellos cuya cuenta es gestionada por asesores o equipos técnicos. Hay que estar preparado para saber qué y cómo responder, pero también con quién voy a mantener estos virulentos intercambios de opinión, porque no es lo mismo que un ministro discuta con un referente opositor que con cada ciudadano o simpatizante opositor que se le cruza online.

Lo que hay que tener en cuenta es que también se corre el riesgo de la descalificación permanente y que al trenzarse con otro político por estas vías nos muestre de la misma manera que en un programa de TV u otro escenario. Los ciudadanos están un poco cansados de esto, porque se puede pelear un poco en algún lado, pero no se puede pelear todo el tiempo en todos lados.

Otro de los detalles a tener en cuenta al momento de twittear -el más importante a mi consideración- es que hay discusiones que son de fondo y resultan muy difíciles llevarlas adelante desde este espacio. Principalmente porque Twitter, por su limitación en los 140 caracteres, imposibilita una fundamentación seria. Cuando se comienza una discusión sin agresiones, pero fuerte en cuanto al intercambio de opiniones y visiones, generalmente se termina cayendo en la agresión y la descalificación. ¿Por qué ocurre esto? Muchas veces por culpa de los mismos interlocutores, pero en otras ocasiones es por la herramienta; la plataforma de Twitter, que no permite extenderse mucho más para lograr una sustentación del discurso que se está llevando adelante. Entónces se termina en la simplificación de temas que requieren de un análisis profundo o por lo menos de un razonamiento que contemple una observación de mayor riqueza y con matices. En el afán de ganar la discusión se redondea, y así es fácil caer en un reduccionismo que lleva al reproche, la acusación y la agresión hacia el interlocutor.

Uno de los referentes políticos más importantes de Argentina que se enamoró de Twitter es el Jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, quién es uno de los ejemplos claros del "estilo tribunero".

Sobre las escuchas ilegales del Gobierno de la Ciudad:












Hay que entender que habrá respuestas tanto de otros políticos como de la gente.
El mismo Aníbal Fernández se trenzó en una dura discusión que llegó a tonos agresivos con el periodista Alfredo Leuco. Las descalificaciones continuaron por un rato hasta terminar en el ridículo cuando se supo que se trataba de un twittero que se hizo pasar por Leuco.

Por este motivo, en el caso de que adoptemos este estilo de twitteo, también es importante elegir con quiénes vamos a mantener nuestros debates de 140 caracteres.
Un funcionario que se pelea con cualquier "ciudadano de a pie" no deja la mejor imágen y hay veces que es mejor no responder a las increpancias para no ponerse a esa altura. Por eso es importante seleccionar con quién me voy a "pelear" y, por supuesto, corroborar de que se trate de esa persona.

El Tweet estilo Casero
No es que se trate de algo malo ni nada que se le parezca. Sin embargo hay una delgada línea entre contar cuestiones que atraviesa el político durante su gestión e informar a todos sus seguidores el pebete de mortadela que se comió al mediodía durante la sesión.

El estilo casero remite a revelar confidencias de sus vidas personales y tiene su éxito asegurado entre aquellos seguidores que quieren ver el costado "más humano" del político por decirlo de una manera vulgar. O sea, se trata de los aspectos "naif" o más banales de nuestros dirigentes políticos, de meterse en su vida para conocer cuestiones personales de sus vidas cotidianas. Es parte de lo que denomino el "backstage" de la política y que sin dudas resulta muy interesante pero siempre que se tenga en claro cuáles son los límites de esos contenidos que se vierten en el canal.

Pero hablar seguido de nimiedades tampoco es bueno y puede producir efectos contrarios en nuestros seguidores o en otros usuarios. El político debe tener en cuenta que es bueno que conozcan algo de su vida privada pero tampoco tanto. A veces se suele twittear frases armadas en momentos pocos felices para el resto de los ciudadanos, como cuando Francisco de Narváez comentó, tras la descalificación de Argentina del mundial de fútbol en Sudáfrica, algo así cómo que se había caído una ilusión pero que todavía quedaba la ilusión de cambiar al país... o algo similar. Se podrán imaginar la cantidad de insultos vía Twitter que recibió.






Pensar la comunicación en Internet significa pautar, organizar y luego gestionar en función de la estrategia que se decidió para cada canal.


El Tweet de Agenda y Gestión
Sin dudas Twitter resulta una herramienta muy útil para comunicar la agenda política y principalmente para lograr difundir la gestión de gobierno. Demostrar el día a día de la gestión puede resultar interesante para que los ciudadanos puedan interesarse en lo que sí se está haciendo, sin embargo se corre el riesgo de que una herramienta versátil como Twitter quede supeditada a una simple acción de prensa permanente excluyendo la interrelación con las personas.

Estos tweets son muy efectivos cuando se complementan con otras acciones como el linkeo a documentos, a fotos que ilustran lo que se está diciendo, notas y artículos, videos, etc. Por eso cuando se maneja una cuenta de twitter en este sentido es importante que los tweets efetivamente ilustren la agenda del día y que ésta pueda deducirse a partir de la infomación que se fue twitteando.


Fuente: Web Politic@s - Management político en internet

domingo, 7 de noviembre de 2010

bad campaigning

Aqui mando un link de la ultima campaña para la gobernacion de oklahoma, es una publicidad que salio en tv publica claro ejemplo del bad campaigning, les cuento que mi idea es analizar la campaña de Mary Fallin para el trabajo final, asi que al que le interese que se sume!!!! http://www.youtube.com/watch?v=Ztaz7fhaEyE&feature=channel

jueves, 4 de noviembre de 2010

resumen texto: new media y Obama! Schudson

El texto New Media in the 2008 Presidential Campaign, habla sobre cómo un investigador relató la atención que el NY Times puso a la relación entre los nuevos medios y la campaña presidencial de Obama. Es interesante porque lo que concluye el autor, es que los espacios de internet, la circulacion de videos en you Tube, las noticias de los blogs , y demás, son incontrolables por más campaña política que se haga, y generan un engaging de la población sin precendentes. Con lo cual los nuevos medios se postularian como una herramienta comunicativa en donde no existe una verticalizacion de la informacion, donde hay hasta conversaciones directas con el candidato que pueden alterar la campaña, y donde al mismo candidato se lo celebra con una notoriedad más de la vida cotidiana y no tanto de las identidades partidarias. Los nuevos medios en esa campaña presidencial acercaron a la ciudadania, la pusieron en movimiento, desde una perspectiva anárquica e irreverente, cada quien podía hacer lo que quisiera con la info que veía de Obama y de McCain,y sacar sus propias conclusiones.
Igualmente vale aclarar que el contexto de esa campaña fue muy especial, la movilizacion de la juventud, la salida de la guerra, terminar con el mandato de Bush hijo, tener un presidente de color, era mucha la necesidad de cambio que se manifestó por medio de estas nuevas tecnologias, cosa que no sucedio en tal grado en las campañas de las elecciones secundarias del pasado 2 de noviembre, posiblemente por el grado de Bad politics que hubo, o mejor dicho, bad campaigning.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El político celebridad

El político celebridad

Un reporte de 2002 en las elecciones presidenciales francesas sugirió que incluso los políticos más alejados de la izquierda actúan, ahora, como estrellas de cine. La pregunta que a traviesa el texto de John Street entonces es: ¿se gana algo al entender la política moderna y las comunicaciones políticas al hacer una comparación entre políticos y la industria del entretenimiento?

El primer ejemplo que ilustra la relación entre celebridad y política es el caso del cantante Bono, de la banda irlandesa U2. Además de ser el líder de la banda, Bono, también lidera campañas para terminar la deuda del tercer mundo, en esta causa, ha conocido personalidades como el Papa o ha estado invitado a la casa blanca; un ejemplo de la relación entre cultura popular y política.

Una analogía que se da en el texto muestra el mercado como un espacio donde algunos, por ejemplo, hombres de negocio, lidian con petróleo, los políticos en cambio, lo hacen con los votos. En ambos casos el éxito está determinado por producir un “producto” que los consumidores quieran.

Identidad, comunicación y acción política en la tardía sociedad moderna

La política simbólica en las naciones democráticas se ha transformado notablemente en los últimos 50 años. Con el auge del nacionalismo de masas a la cabeza de la segunda guerra mundial y continuando en las primeras décadas de la guerra fría, la preocupación de las ciencias sociales con respecto a la identidad y a la política fue alejada del debate de la identidad política hoy por hoy. A mediados del siglo pasado, muchos científicos advirtieron del potencial crecimiento de la perdida de la autonomía y de la libertad personal debido al sobre-identificación con los grandes símbolos del estado nación. Pronto los análisis sociales de los 50´s empezarían a tornarse hacia el lente de la vida doméstica en las democracias, descubriendo problemas de conformidad, psicología de masa, consumo visible socialmente estratificado, y la substitución del partido y las lealtades de grupo con respecto al pensamiento independiente y la opinión.

En los 70 con el incremento de la economía y los sistemas de comunicación se presenta un juego diferente en relación con la identidad y la producción de un sentido político para los individuos, la sociedad y la política. A partir de esta década crece la escala en las economías nacionales sobre la producción, la comunicación y el consumo. Se empieza a romper la relación con la masa nacional y los individuos se empiezan a sentir responsables de sus propias decisiones, identidades y destino y como resultado: estrés, depresión, desordenes sicológicos e inactividad generalizada se vuelve familiar en las características de la vida en sociedades de mercado avanzadas.

Hay varias aproximaciones a la naturaleza del cambio político y a pesar del desacuerdo con respecto al futuro de la dirección de la política y la democracia estas parecen ser más amplias y coincidir en los acuerdos sobre el cambio social y el confort de los ciudadanos.

Todas las características de la moderna sociedad tardía promueven las organizaciones de una vida pública, sus actividades, valores y significados menos de ciudadanos familiares basados en deberes y obligaciones y más hacia un estilo de vida orientado a las actividades propias del consumo.

Se genera un conflicto en esta sociedad hacia los partidos, los líderes políticos y los grupos de interés. Por eso las comunicaciones políticas se vuelven más personalizadas con el llamado de los costos crecientes de la campaña requerida en la asamblea pública y luego en el mantenimiento de su atención y soporte. Por ejemplo, en Estados Unidos, la fuerza de los costos políticos esta ligada a los intereses de los negocios en los partidos y se elige oficialmente hacia el incremento del financiamiento privado para la votación, la publicidad y el tiempo en los medios entre otros costos de campaña.

La globalización también hace que la fuerza de los partidos a nivel domestico se debilite y sea la agenda global la que sea el centro de actividad política; los activistas presionan las organizaciones económicas transnacionales, ahí se guarda el potencial de la transformación ciudadana sobre las instituciones democráticas y las ideologías en la era entrante de la política.

Así, la pregunta por responder es que quizás si la siguiente generación dentro de la evolución de la democracia global y la ciudadanía, es cómo los activistas pueden usar ese poder de consumo global y movimiento de estilos de vida para poner a la agenda política de los gobiernos nacionales hacia el reto de crear una mayor justicia en el orden económico mundial.

Por: Andrés Vargas. Puntos principales de las lecturas: The celebrity politician y Lifestyle politics and citizen-consumers.

miércoles, 20 de octubre de 2010

EXPANSIÓN DE LOS EFECTOS DE COMUNICACIÓN

THE SCOPE AND CONTEXT OF MEDIA EFFECTS RESEARCH
Sonia Livingstone

En el trabajo de la autora se destacan tres conceptos principales:
1) El estudio de los efectos de los medios -hasta el momento- ha sido escaso y limitado.
2) No se ha podido demostrar aún si el efecto de los medios modifica la conducta de las personas o si, por el contrario, refuerza su conducta previa.
3) Los medios producen efectos, pero éstos no son determinantes en las actitudes de las personas.

1. La tradición de estudio de los efectos mediáticos se ha basado casi exclusivamente en analizar sólo los efectos que produce la televisión, como así también primordialmente ha tenido como objeto de estudio a los niños y cómo repercute en estos las imágenes de violencia. La mayoría de los experimentos realizados se concentraron en mostrar los efectos negativos de los medios y sólo algunos demostraron que imágenes sociales positivas influyeron en potenciar actitudes de ayuda, amabilidad, cooperación y generosidad.
Las críticas que por lo general se les hace a los experimentos llevados a cabo en el área tienen que ver con el componente artificial que tienen estos estudios porque se realizan en un contexto lejano al real y habitual de los consumidores de medios. Livingstone señala: “Uno podría argumentar que el experimento es una situación tan inusual que los resultados no pueden ser generalizados”. Otra de las críticas a los experimentos es la imposibilidad de realizarlos sobre un grupo de personas que no hayan estado expuesto nunca a los medios de comunicación (y que lleven un modo de vida similar a los que conviven diariamente con los medios).
La autora concluye que es necesario reformular y aumentar el estudio de los efectos de los medios. “La investigación de los efectos de los medios, como cualquier otro campo de las ciencias sociales, no encontrará un solo estudio definitivo que resuelva el debate. Necesitamos por eso, llegar a muchos diversos resultados que determinen un patrón más grande y contrastarlos con cada estudio en su contexto particular”.
2. Para la autora existen dos conceptos para explicar los efectos de los mass media en el público: el del cambio y el del refuerzo del status quo. El primero entiende que la exposición al mensaje de los medios modifica la conducta o las creencias de las personas, mientras que el segundo considera que los medios no generan cambios específicos sino que refuerzan la conducta y las creencias ya existentes. Es decir que mientras para la primera teoría las personas que consumen programas de TV con fuertes contenidos de violencia, actuarán en consecuencia de forma violenta en sus vidas diarias, la segunda teoría comprende que aquellos que eligen ver programas con contenidos de violencia lo hacen porque ya de antes tenían cierta predisposición y placer por la violencia.

3. Livingstone considera que el actual debate en torno a los efectos de los mass media está mal enfocado. Para la autora debería estar más relacionada con el aspecto académico de los medios de comunicación que con la agenda de políticas públicas. En ese sentido, la autora critica la teoría liberal de identificar a la TV como la causa de la violencia, distrae de los problemas reales como la pobreza y la inequidad. “La conclusión es que la agresión y el crimen, por tomar un ejemplo común, se originan por múltiples causas. La políticas implementadas para aliviar las diferencias sociales no necesitan subestimar otras políticas que tratan el problema de la violencia en los medios y su menor, pero no por eso inexistente, impacto en el crimen”.
Además Livingstone señala la forma en que los efectos de los medios repercuten en la audiencia depende también del encuadre (framework) que posee cada individuo, a través del cual interpreta la información que recibe. Sin embargo, remarca que es difícil construir un origen de dicho encuadre que no incluya a los medios en su conformación.

lunes, 18 de octubre de 2010

Cambian los efectos

Hola a todos,
Acabo de avisarles por mail que cambió el texto que vamos a comentar durante la próxima clase. ¡Chequeen sus casillas, por favor! Nos vamos a ocupar del gran tema de los efectos: qué nos pasa a partir de lo que vemos/leemos/escuchamos en los medios, y si afecta nuestras conductas políticas. El nuevo texto es de Sonia Livinstone, una especialista británica en el análisis de las audiencias.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Resumen de Tecnología y medios masivos de comunicación - El Circulo Virtuoso: Comunicación Política en sociedades post-industriales


Tecnología y medios masivos de comunicación (Robert Putman)

Algunos datos:
La TV por cable, la televisión satelital e internet ofrecen cada vez más opciones de programación.
La tecnología nos permite que consumamos material informativo y de entretenimiento en privado, en nuestros hogares.
Estos cambios en la oferta y manera de transmisión han impactado en la vida de los estadounidenses.
La rapidez de la penetración de la televisión en los hogares: La penetración de la televisión en la vida de los estadounidenses se ha dado a un ritmo nueve veces superior a lo que han penetrado otras tecnologías como el teléfono. El teléfono, por ejemplo, demoró 67 años desde su descubrimiento hasta llegar a un 75% de los hogares, mientras que la televisión tardó tan solo 7 años desde su creación en 1948 hasta lograr ese nivel masivo de penetración.
La incidencia del consumo de noticias en la participación ciudadana: Tocqueville destaca que “solo el diario puede introducir el mismo pensamiento al mismo momento en miles de lectores…Por lo tanto, difícilmente se produzca una avocación democrática sin el diario”.
Estudios revelan que los lectores de noticias están más involucrados cívicamente que los que solo leen noticias: participan de más asociaciones, vistan clubes y asociaciones civiles, asisten a reuniones locales con mayor frecuencia, etc. Se desprende, entonces, que la lectura del diario y una buena participación ciudadana van de la mano. De todos modos, es probable que los estadounidenses que miran noticias en televisión también lean los diarios. También se deriva del estudio que los que ven noticias en televisión probablemente se involucren cívicamente más que los que consumen otro tipo de programas vinculados con el entretenimiento.
La lectura del diario es un hábito que, si se alimentó en la juventud, tiende a perpetuar en el tiempo.
Según se desprende de los estudios, lo que está declinando no es sólo la lectura de diarios sino el interés por las noticias. De hecho, está disminuyendo mucho más rápido el interés por ver las noticias que por leer las noticias en el diario. A su vez, la mitad de los estadounidenses encuestados que ven las noticias confiesan que lo hacen con el control remoto en la mano. Internet, por su parte, aparece como complemento de las noticias que son consumidas en otros soportes.
Características del consumo de televisión de los estadounidenses:
Se consume, en promedio, 4 horas de televisión por día.
Hay varios televisores en los hogares: el número de chicos de 11 años con un televisor en su habitación subió de un 6% en 1970 a 77% en 1999.
La televisión se ve, mayoritariamente, en soledad.
Existen dos tipos de consumidores de televisión: los consumidores selectivos, que son los que prenden la televisión para ver un programa determinado, y los consumidores habituales, que son los que prenden la televisión como telón de fondo. Esta forma de consumo de televisión, que suele ser más habitual entre los jóvenes, incide negativamente en la participación ciudadana. Otra impronta que revelaron estudios es que los jóvenes de esta época, más adictos al zapping, suelen establecer amistades y vínculos más pasajeros, menos sólidos.
La mayoría de los televidentes consumen televisión mientras cenan, algunos durante el desayuno y el almuerzo.
Los programas informativos se suelen ver a la mañana, y su consumo va cayendo a lo largo del día, hasta cuadriplicarse los programas de entretenimiento por encima de las noticias a la noche, antes de irse a dormir.
Consecuencias del consumo de televisión:
1) La primera consecuencia del fenómeno de la televisión es que la gente se queda más tiempo en su casa. En palabras de Kuntsler: “El mundo exterior se ha convertido en una abstracción que se filtra a través de la televisión, tal como el clima es una abstracción que se filtra a través del aire acondicionado".
2) Cuanto más televisión se consuma, menos participación ciudadana habrá. Algunas cifras: aquellos que ven menos de una hora de televisión por día han participado, en el último año, en un 40% en reuniones públicas, mientras que los que consumen más de 3 horas de televisión sólo lo han hecho en un 23%.
3) Un 7% de los televidentes consumen televisión para estar informados, mientras que un 41% lo hace como forma de entretenimiento.
4) Quienes consumen televisión como forma de entretenimiento muestran mucha menor participación en proyectos comunitarios, van a menos eventos sociales, visitan a menos amigos, etc.
5) La televisión no solo actúa en detrimento de la participación ciudadana sino que también genera más incomunicación social (ver gráficos de las páginas 232 y 233)
6) Estudios revelan que el consumo de televisión incrementa la agresividad, reduce los logros escolares, y que está asociada con un mal funcionamiento psicosocial.
¿Por qué la televisión reduce la participación ciudadana?
La televisión:
A) quita el tiempo libre: estar frente al televisor quita tiempo para otras actividades que requieren salir de la casa;
B) tiene efectos psicológicos que inhiben la participación social: las únicas actividades que están vinculadas positivamente con el consumo de la televisión son dormir, descansar, comer, hacer quehacers domésticos y escuchar la radio. Pues están todas vinculadas con permanecer en la casa. Además, ver televisión produce letargo y pasividad;
C) ciertos contenidos en la televisión reducen las motivaciones cívicas: Según Hart, la televisión es un medio que crea un falso sentimiento de compañerismo, que le hace sentir a la gente que está compartiendo con otros. La mayor posibilidad de elegir canales aumenta la satisfacción del consumidor pero también disminuye la capacidad de cohesión de la televisión que se daba cuando, en los 50, por ejemplo, todos se sentaban a consumir el mismo programa.

El Circulo Virtuoso: Comunicación Política en sociedades post-industriales (Pippa Norris )

En las sociedades post-industriales, numerosos estudios norteamericanos analizan el desinterés de los ciudadanos en la política. Personas retraídas en sus hogares, con poco conocimiento sobre la política, y tendencias apáticas sobre la misma. Los estudios realizados en Europa se centran en la falta de legitimidad y de compromiso creciente de los ciudadanos con las elecciones.
En los años ’60 emergieron las teorías de “videomalaise” o videomalestar, que fueron cobrando auge en las décadas siguientes. Ellas estipulan que el proceso de comunicación política liderado por los medios de comunicación y por los partidos políticos es responsable del retraimiento en el compromiso político de los ciudadanos, de su falta de interés por los asuntos públicos y de la pérdida de confianza en los lideres e instituciones políticas. Todas estas teorías giran alrededor de dos hipótesis:
Que el proceso de comunicación política tiene un impacto significativo en el compromiso ciudadano
Que este impacto se produce en una dirección negativa.
La literatura norteamericana sobre el videomalestar
Los medios provocan cinismo y apatía en la audiencia, al enfatizar la confrontación y menospreciar el proceso de toma de decisiones, lo cual contribuye a una crisis de la democracia.
Aunque en Norteamérica hay mucha más información disponible que hace 40 años, los ciudadanos están más desinformados, porque esta información es una mezcla de entretenimiento, sensacionalismo, historias de crímenes, noticias sobre la vida de las celebridades y consumo.
La literatura europea sobre el videomalestar
Realiza un diagnóstico similar, enfatizando el desarrollo de la industria de los medios y la mutación en las campañas políticas como responsables del desencantamiento de los ciudadanos con la política.
Por un lado, la emergencia de muchos canales privados durante los ’80 ha menoscabado la calidad y la diversidad de la oferta de la televisión estatal, empobreciendo la esfera pública, además segmenta la audiencia
Por otro, el desarrollo profesional de la disciplina del marketing y su aplicación como marketing político a las campañas de los partidos, generan un abandono del contacto con el votante. Las técnicas de persuasión y manipulación asociadas al marketing, atentan contra la credibilidad política de los ciudadanos en los lideres.
Según Pippa Norris, es necesario distinguir entre la producción, el contenido y los efectos de la comunicación política. No hay evidencia suficiente para demostrar los efectos negativos de la comunicación política sobre el compromiso político de los ciudadanos.
De hecho, según su hipótesis, el consumo de medios masivos de información está positivamente asociado a indicadores de conocimiento político, confianza y movilización política. Por 3 razones:
Las personas proclives a involucrarse en política están más interesadas en consumir noticias de actualidad. (Según la teoría de los usos y gratificaciones, el consume está mediado por los propios gustos e intereses)
Consumir noticias de actualidad aumenta el interés en la política. Quienes consumen, por ejemplo, programas de interés general, es muy probable que si su programa está seguido de un noticiero informativo, dejen este canal y por eso lo consuman.
Las razones 1 y 2 generan un círculo virtuoso según el cual través del cual, los medios de comunicación y las campañas políticas sirven para involucrar a las personas previamente interesadas en la política. Esto se ve reforzado por la tercer razón, que opera de manera inversa:
Dentro del público apático y desinteresado por la política, los medios de comunicación no tienen mucho poder para reforzar su desinterés (puede cambiar de canal y listo).

martes, 12 de octubre de 2010

¡Bienvenidos!

Con el post anterior (y con este) les doy la bienvenida al blog a los integrantes de la camada 2010. Ahora es de ustedes. A usarlo nomás. Y si saben de alguien que no recibió la invitación para entrar, avisen que lo sumamos. Saludos a todos.

Arte, política... ¡y medios!

A un artista argentino se le ocurrió que su aporte a la Bienal de San Pablo fuera un acto proselitista a favor de Dilma... Y miren lo que pasó: una historia ideal para pensar los cruces entre política, arte y medios. Que la disfruten (la historia, porque la obra fue dada de baja).