lunes, 1 de noviembre de 2010

El político celebridad

El político celebridad

Un reporte de 2002 en las elecciones presidenciales francesas sugirió que incluso los políticos más alejados de la izquierda actúan, ahora, como estrellas de cine. La pregunta que a traviesa el texto de John Street entonces es: ¿se gana algo al entender la política moderna y las comunicaciones políticas al hacer una comparación entre políticos y la industria del entretenimiento?

El primer ejemplo que ilustra la relación entre celebridad y política es el caso del cantante Bono, de la banda irlandesa U2. Además de ser el líder de la banda, Bono, también lidera campañas para terminar la deuda del tercer mundo, en esta causa, ha conocido personalidades como el Papa o ha estado invitado a la casa blanca; un ejemplo de la relación entre cultura popular y política.

Una analogía que se da en el texto muestra el mercado como un espacio donde algunos, por ejemplo, hombres de negocio, lidian con petróleo, los políticos en cambio, lo hacen con los votos. En ambos casos el éxito está determinado por producir un “producto” que los consumidores quieran.

Identidad, comunicación y acción política en la tardía sociedad moderna

La política simbólica en las naciones democráticas se ha transformado notablemente en los últimos 50 años. Con el auge del nacionalismo de masas a la cabeza de la segunda guerra mundial y continuando en las primeras décadas de la guerra fría, la preocupación de las ciencias sociales con respecto a la identidad y a la política fue alejada del debate de la identidad política hoy por hoy. A mediados del siglo pasado, muchos científicos advirtieron del potencial crecimiento de la perdida de la autonomía y de la libertad personal debido al sobre-identificación con los grandes símbolos del estado nación. Pronto los análisis sociales de los 50´s empezarían a tornarse hacia el lente de la vida doméstica en las democracias, descubriendo problemas de conformidad, psicología de masa, consumo visible socialmente estratificado, y la substitución del partido y las lealtades de grupo con respecto al pensamiento independiente y la opinión.

En los 70 con el incremento de la economía y los sistemas de comunicación se presenta un juego diferente en relación con la identidad y la producción de un sentido político para los individuos, la sociedad y la política. A partir de esta década crece la escala en las economías nacionales sobre la producción, la comunicación y el consumo. Se empieza a romper la relación con la masa nacional y los individuos se empiezan a sentir responsables de sus propias decisiones, identidades y destino y como resultado: estrés, depresión, desordenes sicológicos e inactividad generalizada se vuelve familiar en las características de la vida en sociedades de mercado avanzadas.

Hay varias aproximaciones a la naturaleza del cambio político y a pesar del desacuerdo con respecto al futuro de la dirección de la política y la democracia estas parecen ser más amplias y coincidir en los acuerdos sobre el cambio social y el confort de los ciudadanos.

Todas las características de la moderna sociedad tardía promueven las organizaciones de una vida pública, sus actividades, valores y significados menos de ciudadanos familiares basados en deberes y obligaciones y más hacia un estilo de vida orientado a las actividades propias del consumo.

Se genera un conflicto en esta sociedad hacia los partidos, los líderes políticos y los grupos de interés. Por eso las comunicaciones políticas se vuelven más personalizadas con el llamado de los costos crecientes de la campaña requerida en la asamblea pública y luego en el mantenimiento de su atención y soporte. Por ejemplo, en Estados Unidos, la fuerza de los costos políticos esta ligada a los intereses de los negocios en los partidos y se elige oficialmente hacia el incremento del financiamiento privado para la votación, la publicidad y el tiempo en los medios entre otros costos de campaña.

La globalización también hace que la fuerza de los partidos a nivel domestico se debilite y sea la agenda global la que sea el centro de actividad política; los activistas presionan las organizaciones económicas transnacionales, ahí se guarda el potencial de la transformación ciudadana sobre las instituciones democráticas y las ideologías en la era entrante de la política.

Así, la pregunta por responder es que quizás si la siguiente generación dentro de la evolución de la democracia global y la ciudadanía, es cómo los activistas pueden usar ese poder de consumo global y movimiento de estilos de vida para poner a la agenda política de los gobiernos nacionales hacia el reto de crear una mayor justicia en el orden económico mundial.

Por: Andrés Vargas. Puntos principales de las lecturas: The celebrity politician y Lifestyle politics and citizen-consumers.

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