miércoles, 23 de abril de 2008

Debate de Obama y Clinton

Chicos a continuación les adjunto un resumen del debate de Obama y Clinton. Me pareció interesante y espero que les sirva para un análisis.

3 comentarios:

Galo Fernando Sosa dijo...

Hola interesante la nota, y espero que los próximos debates definan de una vez al candidato demócrata.

Tomás Pliner dijo...

Sartori tenía razón

El texto “Ingeniería Constitucional Comparada” de Giovanni Sartori hace un análisis weberiano de los distintos, diría Leonardo Morlino, sistemas políticos. En aquel texto que hoy resulta indispensable en el estudio de la ciencia política, Sartori plantea el caso de los Estados Unidos como el prototipo de los sistemas presidencialistas. Entre otras cosas afirma que el sistema es estable por sus características propias, más allá de la estructura del régimen. A saber: la ausencia de principios ideológicos, la indisciplina y debilidad de los partidos y una política centrada en asuntos locales.
De la ausencia de principios ideológicos podemos decir que el debate se ve repleto de argumentos ad hominem que resultan sumamente alejados de los intereses objetivos del pueblo americano. Lo interesante sobre este punto es que el chauvinismo no es aplicado por los candidatos sino por los moderadores y el público de los videos. Interesante es el caso de Obama quien, interesado por no formar parte de este tipo de argumentos, evita salir con la bandera norteamericana en público y luego debe retractarse por ello e incluso comenzar a utilizar la bandera como instrumento de campaña. En otra oportunidad, Obama es criticado por las declaraciones del Reverendo Wright, quien había afirmado que los ataques a la torres habían sido el resultado del terrorismo de los Estados Unidos. Independientemente de la veracidad o no del argumento propuesto por el reverendo, el “moderador atacante” (el que está a la derecha de Charlie), ataca a Obama poniendo en discusión su amor por su país (“Do you think Rev Wright loves America as much as you do”).
De la indisciplina y debilidad de los partidos se puede observar claramente como se hace alusión de manera constante a distintos senadores, en su favor o en su contra, independientemente del partido al que pertenecen. Esto puede ser visto por como algo positivo, pues ¿qué mejor que trabajar todo juntos por un país mejor? Ese argumento presenta una destrucción inminente: todos conocemos la importancia de los partidos políticos, más aún atravesando la situación que atraviesa la Argentina actualmente, precisamente porque “un país mejor” es un concepto que presupone la existencia de una verdad absoluta, cuando son los partidos los encargados de llevar cada uno su estandarte de lo que cada uno considera “un país mejor”. Por otro lado, en la práctica se observa que los intereses en juego a la hora de aprobar una ley, son muy distintos de los que a la política en cuestión conciernen. Es decir, si podemos entender que un gobierno apriete a la principal cadena de medios de un país porque la misma depende del aparato legislativo para formar un monopolio mediático, también podemos entender que, dentro de una cámara, un gran favor cueste varios favorcitos. De esta manera nos encontramos con un medio que altera su información para denostar un gobierno que impide la abolición de la competencia justa; un representante del gobierno que acusa abiertamente a un medio con argumentos insostenibles para evitar llegar al fondo de la cuestión; un senador californiano aprobando la Guerra de Irak a cambio de la reducción de un determinado impuesto en su estado y, por qué no, un futuro periodista manipulando información para hacer una nota más interesante.
En cuanto a la política centrada en asuntos locales, podemos decir, para empezar, que la reelección de Bush hijo se determinó pura y exclusivamente por cuestiones locales. Es decir, a nadie le importó en su momento la Guerra de Irak, porque la economía interna funcionaba formidablemente. Hoy el panorama es distinto, la economía está en vísperas de devastación y las bajas de guerra se agrandan potencialmente; ergo: Bush es un petate. Para reafirmar este punto, vemos como ambos candidatos se muestran sumamente predispuestos a retirar las tropas de Irak… para mandarlas a Afganistán o Iran, dependiendo de quién se porte peor o, mejor dicho, de quien presente una excusa más creíble a la hora de iniciar una guerra.
Antonio Gramsci entiende al Estado como generador de consenso activo, asignando valores, educando al pueblo. Los distintos gobiernos de los Estados Unidos se han mostrado fieles al planteo del tano, decidiendo puntillosamente cuáles serían los temas a poner sobre la mesa y sobre cuáles sería mejor no discutir. El consenso en el país del norte existe y es meritorio, pero no es saludable: hay consenso en que la democracia y el liberalismo son indiscutibles, pero también existe un patriotismo exacerbado que genera mucha soberbia. Pecado para algunos y virtud para otros: dirigente que ven al imperialismo como la demostración de, citando a Hillary Clinton “leadership and moral authority in the world”. Eso genera un pueblo que no se plantea cuán correcto es someterse a una guerra porque “ellos hacen las cosas mal”. Por otro lado, es un pueblo que tampoco se plantea el por qué de los distintos acontecimientos: al ir a la guerra, nadie dentro de Estados Unidos puso en tela de juicio la existencia de las tan anheladas armas de destrucción masiva, nadie dijo: “Ey George, en China, además de haber dictadura, ¡Hay Comunismo!” o “Hay un lugar llamado Bolivia que tiene un presidente indígena que odia a los ricos de Santa Cruz de la Sierra”. Pero claro, China tiene un gran ejército y Bolivia no tiene ni estadios donde jugar las eliminatorias de fútbol, no valen la pena. Yo, elijo la arrogancia de los franceses antes que la soberbia de los estadounidenses. Pero claro, el propio Moro pecó de imperialista en Utopía, es un tema delicado.
Luego de esta humilde reivindicación a Giovanni Sartori -cosa q no necesita, menos de un tipo como yo- me queda por decir que, Estados Unidos, con HIllary o con Obama, seguirá por mucho tiempo en la misma senda. Hoy, la situación del país del norte se asemeja bastante a lo que alguna vez planteó Platón como el gobierno donde pocos se preocupan por la política y muchos se encargan de vivir la vida, y en Estados Unidos se pueden dedicar a vivirla, eso es innegable.

Tomás Pliner dijo...

Perdón, me fui al carajo.